jueves, 21 de enero de 2016

Esto no es poesía.

Vale, creo que nunca o casi nunca he venido al blog para dar mi opinión sobre algo, pero esta vez los caracteres de Twitter no me dan ni para empezar.
Hoy puse un tuit hablando sobre lo mal que me parece que se siga pagando dinero por comprar animales (con pedigree, de "raza pura") mientras las protectoras se matan para darle un hogar a los cientos de perros y gatos que tienen que cuidar. Todo esto surgió a raíz de la adopción que hice estos días a una asociación de gatos. Cuando te pones a buscar un nuevo compañero, te das cuenta de la barbaridad que la gente pide por un gato (persas, scottish azul) y la desesperación, por otro lado, que sienten muchísimas personas al no poder seguir manteniendo a los animales en el refugio. Nunca he pagado por un animal, más allá del dinero que puedes dar a alguien por cuidar de este mientras no era adoptado. No sólo por lo absurdo que es, sino por el hecho de que no se puede comerciar con seres vivos. No-se-puede.
En el tuit ponía que no puedes ser amante de los animales si haces esto. Y sigo pensándolo. No sé como se puede tener corazón al pasar los anuncios de animales viendo lo urgente que es adoptar gratuitamente a alguno, y pasar de largo hasta encontrar uno de raza.
Como algunos ya sabéis soy vegetariana. Ser vegetariana es como abrir tu vida a la humanidad y permitir que tu dieta sea juzgada por todos. De repente, todos se vuelven dietistas. Todos saben qué te conviene comer, todos saben qué marcas usas, qué ropa llevas. Nunca es suficiente. No para ellos, ellos que no hacen nada más que juzgarte. La cosa está en que hasta que me hice vegetariana, NUNCA nadie se había metido en mi dieta. Yo podía hablar abiertamente del maquillaje testado en animales que llevaba, de la ropa de inditex que llevaba, de la carne que comía. Todo bien. Nunca un vegano vino a decirme nada ni a intentar hacerme cambiar de opinión. En cuanto abandoné la carne se acabó. Ahora a todos les importaba qué pintalabios uso, dónde compro la ropa. Miradla, dice que es vegetariana pero lleva un pintalabios testado en animales (estudio realizado por dicha persona en ese mismo momento). De repente, cualquier opinión que yo diese sobre animales era hipócrita. Cualquier comentario sobre lo bien que me iba con mi hamburguesa vegetal, era postureo.
Ante el tuit que he dicho anteriormente lo único que recibí fue comentarios de este tipo. Buscando algún punto en mi barrera de vegetariana-hipócrita-posser que pudiese desmoronarse. Porque el objetivo en la vida de todo omnívoro es destruir a los veganos. Porque claro, les hacemos muchísimo daño. No matamos animales, ni nos metemos con nadie, de hecho TENEMOS que respetar la opinión de todo el mundo por el simple hecho de ser veganos. Sabéis dónde les estamos haciendo daño entonces? En la conciencia. Porque a nadie le gusta que le enseñen que lo que hacen está mal. Porque es más fácil insultar y criticar que afrontarlo. Os lo dice alguien que odiaba a los veganos, los criticaba y ridiculizaba. Habla la voz de la experiencia. Más orgullosa que nunca.
No disculpen las molestias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario