Yo,
la yo misma que escribe tirada en la cama
con las bragas de ayer
y el cigarro de siempre,
estoy hasta las tetas de tirar de la cuerda hasta derramar la sangre
de mis propias muñecas
(con las que ya no juega nadie)
Te lo dije una vez
y te lo digo ahora,
si quieres mi sangre muerde mi cuello
pero no te atrevas a hacerme daño.
Soy peligrosa
y no dudaría ni un minuto en saltar por la ventana
si después vas a echarte la culpa por no haberme cogido a tiempo.
Si no puedo tirarte del pelo en la cama,
te lo arrancarás sobre mi tumba.
Podría poner todas las metáforas que se te ocurran,
nocturna,
para seguir hablando de todo lo que perderás
si no vuelves a tiempo para no perderme a mí.
Me estoy atando los cordones
(al cuello)
y hay una cuenta atrás implícita mientras nadie
se muerde las uñas mirando el reloj.
Recuerda;
si te invito a coger la puerta y marcharte
es porque sé que conoces el camino de vuelta.
Y no quiero que lo olvides nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario